Está claro que las nuevas situaciones de
enseñanza-aprendizaje mediadas por herramientas telemáticas traen consigo la
posibilidad de participar de experiencias educativas altamente interactivas a
través de espacios de comunicación continuos con acceso a numerosos recursos
didácticos y fuentes de información, desde escenarios distintos al aula
presencial. Se puede decir que los jóvenes de hoy en día (de nuestro ‘primer
mundo’) nacidos en los 80-90 son nativos
digitales porque tienen a su alcance (en el hogar y/o en
establecimientos de estudio y de recreación) ordenadores y móviles. Todos poseen o saben qué es un correo
electrónico. Actualmente, los sistemas de correo electrónico –al alcance de cualquiera
(Hotmail, Yahoo, Wanadoo, Gmail…)– permiten al usuario obtener el tiempo de
reflexión necesario antes de enviar la respuesta y tener registro de los mensajes
emitidos y recibidos, así como organizarlos o realizar búsquedas.
También en el caso de la docencia todos
conocen algunas herramientas 2.0, como por ejemplo el blog, los documentos de
creación colaborativa y las redes sociales. Estas últimas, las herramientas para
la creación y gestión de redes sociales virtuales, a mi entender conforman un
nivel superior en cuanto a las herramientas de comunicación se refiere. Además
de crear redes de personas con intereses comunes, permiten organizar y
gestionar otras herramientas de comunicación.
Por contra, también ha sido utilizado
el término inmigrante digital, haciendo referencia a todo aquel nacido
antes de los años 80 y que ha experimentado todo el proceso de cambio de la
tecnología y que están ‘atados’ a una lengua materna y a unas estructuras
mentales diferentes a las que utilizan los nativos.
El concepto de visitantes y residentes digitales, que expone la idea de las
diferentes actitudes de los usuarios ante la red, se enfrenta al conocido y
criticado concepto de nativos y emigrantes digitales de Prensky, teoría que
tiene ya 10 años. Se basa en la idea de
que los usuarios se enganchan a la red dependiendo del contexto y las
motivaciones, más que de la edad o la experiencia que tengan, especialmente
desde la llegada de las redes sociales.
El visitante digital selecciona la herramienta más apropiada para cada
tarea a realizar, necesita obtener un beneficio concreto de cada plataforma, es
relativamente anónimo, tiene mucha precaución con el robo de identidad y la
privacidad, piensa que las redes sociales son banales y piensa offline.
Por el contrario, el residente digital vive una gran parte de su vida
online, su distinción entre lo online y
offline es cada vez más borrosa, tiene perfiles en redes sociales y se siente
cómodo expresando su identidad en la red.
El visitante concibe la web como un
conjunto de herramientas, mientras que el residente la concibe como un conjunto
de espacios, en los que la gente se socializa de diferentes formas. No hay una línea
clara que separa ambos estados, hay grados.
El conjunto de herramientas con las
que el visitante concibe la web, le va a permitir ofrecer o manipular un
contenido concreto, pero la web no es un lugar para pensar o en el que
desarrollar ideas. Los visitantes piensan fuera de la red, son usuarios pero no
miembros de la red. Sin embargo, para el residente, la web es un espacio
en el que estar, pensar, como lo son los demás espacios físicos, sin distinción
entre ellos.
El concepto de ciudadanía digital
(también llamado ciberciudadanía
o e-ciudadanía) comienza a
plantear el manejo de algunas reglas escritas o normas de conducta sobre el
comportamiento y el buen uso de las TIC. Actualmente cada vez se le da una
mayor importancia a la enseñanza para una ciudadanía responsable, que nos ayude
a prevenir los riesgos que se pueden originar a partir del uso de las TIC
cotidianamente, sobre todo en niños y adolescentes.
Un buen ejemplo de una iniciativa ciudadana
digital, entendiendo el término como aplicación de los derechos humanos,
puede ser lo que sucedió (y aún está sucediendo) durante la ‘primavera árabe’ o
la ‘revolución democrática árabe’. El papel que internet y las redes sociales juegan en estas revoluciones en distintos
países árabes se trata sólo de un cambio en los medios de comunicación y no de
una causa profunda de las revoluciones. La rápida comunicación a través de la
red ha servido y sirve para que estas revoluciones tengan unas características
propias, como la espontaneidad y la ausencia clara de liderazgo. Aunque
internet no ha sido la causa principal de las revoluciones (sino la miseria, la
exclusión social, la falsa democracia y la falta de información) el
funcionamiento de internet y las redes sociales (el uso de las rede sociales se
dobló en muchos países durante las revoluciones) en la revolución de Túnez, por
ejemplo, recuerdan al funcionamiento de una wiki por la rapidez en la
transmisión de la información. A través de internet, se mostraron muchas
imágenes y videos de lo que estaba pasando en un muchos países árabes y esto
ayudó a dar un impulso más internacional a las revoluciones.
Webgrafía
Raymond, Marquina (2008) : Nativos e Inmigrantes Digitales http://www.slideshare.net/raymarq/nativos-e-inmigrantes-digitales-presentation
Prensky, Marc (2010) : Nativos e Inmigrantes Digitales http://www.marcprensky.com/writing/Prensky-NATIVOS%20E%20INMIGRANTES%20DIGITALES%20(SEK).pdf
White, D.
& Le Cornu, A. (2011) : Visitors and
Residents: A new typology for online engagement http://firstmonday.org/htbin/cgiwrap/bin/ojs/index.php/fm/article/view/3171/3049
La información se ha convertido en el eje promotor de cambios sociales, económicos y culturales. El auge de las telecomunicaciones ha producido una transformación de las tecnologías de la información y de la comunicación, cuyo impacto ha afectado a todos los sectores de la economía y de la sociedad.
ResponEliminaUn saludo!